En el tiempo de las impresoras 3D, un grupo de innovadores decidió que quería regresar a la época de la pluma y por eso se creó 3doodler, un lapicero que permite al usuario dibujar a mano en tres dimensiones.
El 3doodler contiene un calentador que derrite una mina de plástico que luego se enfría con un minúsculo ventilador al salir por la punta, casi como las pistolas de silicona usadas para artes manuales. Al mejor estilo de las impresoras 3D, esto permite crear figuras complejas como la de la torre Eiffel , según el video promocional.